Generales
Conocer el diagnóstico microbiológico de las principales infecciones oportunistas en el SIDA...
Desde hace años está experimentando una importante reducción en la prevalencia de las infecciones oportunistas que afectan a los pacientes con SIDA. Esta se ha producido en gran parte por la mejoría inmunológica de estos enfermos debido a la introducción de nuevos y eficaces fármacos antirretrovirales (sobre todo, los inhibidores de la proteasa) y su utilización combinada, lo que ha supuesto a la vez, una disminución de los ingresos hospitalarios por estas infecciones.
No obstante, estas infecciones continúan produciéndose en la práctica clínica diaria, sobre todo en pacientes no diagnosticados y en aquellos que por diversos motivos no realizan tratamientos ni controles adecuados.
Es aún frecuente el diagnóstico de infección por VIH en un estadio avanzado, cuando se producen infecciones graves (neumonía por P. carinii, toxoplasmosis cerebral, etc.) u otras enfermedades definitorias.
La mayoría de las infecciones oportunistas pueden ser tratadas y controladas con los fármacos disponibles actualmente, pero el éxito terapéutico depende en gran medida de un diagnóstico y tratamiento precoz antes de la evolución del cuadro.
Protozoos:
- Toxoplasma gondii.
- Leishmania spp.
- Cryptosporidium spp.
- Isospora belli.
- Microsporidium spp.
- Cyclospora cayetanensis.
- Otros (Giardia, Entamoeba, Blastocystis...).
Hongos:
- Candida spp
- Cryptococcus neoformans.
- Pneumocystis carinii.
- Otras micosis.
Virus:
- Citomegalovirus.
- Virus herpes simple.
- Virus varicela-zoster.
- Polyomavirus: virus JC.
Micobacterias:
- M. tuberculosis y atípicas.
Comprender la estructura y morfología del virus...
Los virus de la inmunodeficiencia humana VIH-1 y VIH-2, son los agentes responsables del llamado Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
El VIH-1 es el más agresivo y responsable de la pandemia de SIDA, mientras que el VIH-2 se ha encontrado en pacientes procedentes del oeste de África y generalmente se presenta con un cuadro más benigno. De la familia de los Lentivirus, el VIH-1 es un retrovirus humanos (Retroviridae) que infecta a las células del sistema inmunitario, alterando su función, lo que produce una situación de inmunodeficiencia. Los cuatro retrovirus humanos reconocidos pertenecen a dos grupos distintos: Los virus con tropismo para linfocitos T humanos (HTLV I y II), que son retrovirus transformadores, y los virus de la inmunodeficiencia humana, VIH-1 y VIH-2, que tienen efectos citopáticos directos o indirectos. Son virus cuyo genoma es ARN que debe ser copiado a ADN bicatenario que se integrará en el genoma de la célula infectada. El proceso de conversión de ARN en ADN es la característica principal que define a los retrovirus y es llevada a cabo por la enzima transcriptasa inversa.
Entender la epidemiología y los mecanismos de transmisión del VIH...
En la actualidad, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es uno de los principales problemas de Salud Pública, tanto de los países industrializados, como de los países en vías de desarrollo. El devastador impacto que el SIDA y la infección por VIH están teniendo sobre la salud de nuestras comunidades, así como sus repercusiones culturales, médicas, económicas y políticas justifican, sin lugar a dudas la movilización social para hacer frente a la epidemia.
Durante la primera mitad del siglo XX se experimentó un descenso de las tasas de mortalidad globales de la mayoría de los países industrializados, que se pueden atribuir, en gran parte, a la mejora en la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas. La aparición de la epidemia del virus del SIDA ha producido un drástico cambio en esta tendencia, siendo una de las primeras causas de muerte en la población joven de la mayoría de los países desarrollados.
Los objetivos de la vigilancia epidemiológica de la infección por el VIH y del SIDA son fundamentalmente: Cuantificar la magnitud de la epidemia y definir las características de la población afectada, en particular las formas de contagio del virus. Si bien las vías de transmisión del VIH han sido las mismas desde el inicio de la epidemia, su distribución geográfica y porcentual ha variado a lo largo del tiempo que ha transcurrido desde entonces.
En la actualidad a nivel mundial, se estima que unos 35-40 millones de personas están infectadas por el VIH-1 y 16.000 individuos adquieren diariamente la infección. El VIH sigue siendo un importante problema de salud pública mundial, después de haberse cobrado más de 34 millones de vidas hasta ahora.
El VIH ha sido aislado de diversos fluidos corporales además de la sangre, entre los que se incluyen el líquido cefalorraquídeo, lágrimas, saliva, orina, semen, secreciones vaginales y cervicales, leche materna, secreciones óticas y bronquiales.
No obstante, la concentración de partículas infecciosas o de células infectadas por el VIH en estas secreciones es muy variable, transmitiéndose solamente a través de aquellos fluidos con concentraciones importantes del virus. Los mecanismos de transmisión reconocidos son la vía sexual, la exposición parenteral a la sangre y hemoderivados y la transmisión perinatal. El VIH no se transmite por la saliva, sudor, lágrimas, orina, aliento, apretones de manos, agua de piscinas, agua de duchas colectivas, retretes, alimentos o el agua de bebida. Se transmite a través de determinados contactos con la sangre, secreciones vaginales, semen y a través de la leche materna.
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