La cadena alimentaria se define como el conjunto de etapas que sufre un alimento desde su producción hasta su consumo y la unión entre ellas es posible a través del transporte. En este sentido, tiene una especial relevancia el concepto de seguridad alimentaria, ya que hace referencia a la inocuidad de los alimentos.
Teniendo en cuenta que los alimentos son el vehículo mediante el cual nuestro cuerpo recibe nutrientes y la energía necesaria, la seguridad, calidad e higiene de estos alimentos es esencial.
No obstante, en ocasiones, estos alimentos también pueden contaminarse y provocar infecciones o intoxicaciones alimentarias. Es el caso de la listeriosis, una enfermedad que es especialmente grave para las personas embarazadas o inmunodeprimidas.
A lo largo de este artículo, no solo vamos a explicarte qué es la listeriosis, sino que también te contaremos sus síntomas, diagnóstico y tratamiento y cómo puedes prevenirla. ¡No te lo pierdas!
La listeriosis es una enfermedad infecciosa que está causada por la Listeria monocytogenes, una bacteria grampositiva que puede infectar tanto a los humanos como a los animales. Se trata de una infección particularmente peligrosa durante el embarazo, puesto que se puede transmitir por vía diaplacentaria y causar infecciones fetales graves e, incluso, provocar la sepsis o la muerte.
La listeria se transmite cuando los alimentos se cosechan, procesan, preparan, envasan, transportan o almacenan en ambientes contaminados de esta bacteria. Además de que los entornos pueden estar contaminados por materias primas, agua, suelo y aire, las mascotas también pueden propagar la bacteria si comen alimentos contaminados.
Por tanto, la listeriosis se considera un tipo de intoxicación alimentaria. Comúnmente, esta bacteria puede vivir tanto en alimentos como en equipos de protección o almacenamiento de alimentos en frío.
Entre los alimentos más comunes para su transmisión se encuentran las carnes procesadas, que incluyen fiambres, salchichas, pastas de carne para untar y mariscos ahumados, productos lácteos no pasteurizados, algunos productos lácteos procesados y verduras y frutas crudas.
Es importante destacar que la bacteria listeria no muere en los ambientes fríos de congeladores o frigoríficos, por ejemplo, aunque sí es cierto que no crecen tan rápido. De hecho, es más probable que estas bacterias sean destruidas por el calor.
La listeriosis es una intoxicación que afecta principalmente a mujeres embarazadas, recién nacidos, personas mayores y a cualquier persona inmunodeprimida. De hecho, esta enfermedad puede ser potencialmente mortal en los ancianos y en las personas con sistemas inmunitarios debilitados o con enfermedades crónicas.
La infección durante el embarazo puede parecer leve, pero lo cierto es que es capaz de provocar la muerte fetal, un parto prematuro e infección del recién nacido. Los bebés que nacen con una infección por listeriosis también pueden desarrollar graves complicaciones de salud que requieren atención médica inmediata, además de provocarles problemas de salud de por vida.
Por eso, es importante que las mujeres embarazadas y las personas inmunodeprimidas eviten los productos que puedan estar infectados. Además, los alcohólicos y los diabéticos también son más vulnerables a estas infecciones.
Los síntomas de la listeriosis son inespecíficos y muy similares a los de la gripe y la gastroenteritis. El periodo de incubación suele variar de 3 a 70 días. En este sentido, según la gravedad de la enfermedad, estos síntomas pueden durar días o semanas.
Los síntomas más leves pueden incluir fiebre, dolores musculares, náuseas, vómitos y diarrea. No obstante, si se desarrolla de una forma más grave, estos síntomas incluyen dolor de cabeza, rigidez en el cuello, confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones.
Como hemos dicho anteriormente, para los muy jóvenes, los ancianos o personas inmunodeprimidas, la listeriosis puede suponer la muerte. Además, las mujeres gestantes infectadas por listeriosis pueden sentir síntomas leves sin que suponga un desenlace fatal para ellas, pero sí para el bebé.
En cuanto a las complicaciones, una de las más temidas es la aparición de meningitis por listeria. Esta se presenta clínicamente como una meningitis bacteriana típica y es necesario un examen bacteriólogo para determinar su diagnóstico definitivo, el cual es fundamental para el correcto manejo del paciente y para el establecimiento de medidas preventivas.
En raras ocasiones, la listeriosis también puede provocar formas muy graves de meningoencefalitis, una infección del cerebro y los tejidos circundantes, y bacteriemia, que ocurre cuando las bacterias están presentes en la sangre.
La listeriosis se diagnostica cuando en un cultivo bacteriano (un análisis de laboratorio) crece Listeria monocytogenes a partir de un tejido de sangre, líquido cefalorraquídeo, heces o placenta. Por su parte, el tratamiento dependerá de la gravedad de sus síntomas y de la salud del paciente en general.
Si los síntomas son leves y, por lo demás goza de buena salud, lo más probable es que el profesional de la salud le indique al paciente que se quede en casa y se cuide a sí mismo, con un seguimiento cercano. El tratamiento en el hogar es similar al de cualquier enfermedad transmitida por alimentos y el paciente debe tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Por el contrario, si los síntomas son graves, al paciente se siente peor o muestra síntomas de una infección avanzada, al no existir todavía una vacuna para esta bacteria, el profesional de la salud le recetará antibióticos.
Además, el paciente podría ser ingresado en el hospital para recibir tratamiento con medicamento intravenoso, ya que los antibióticos por esta vía pueden ayudar a eliminar la infección y el personal de hospital puede estar atento a las posibles complicaciones.
Como los síntomas de la listeriosis son muy parecidos a los causados por la gripe y otras enfermedades, muchas personas no son conscientes de que la padecen. Esto provoca, además de que los síntomas sean mucho más graves, que sea muy importante su prevención.
En este sentido, estas son algunas recomendaciones y acciones que se pueden realizar para prevenir esta enfermedad: