El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no está bien, un sistema de advertencia que nos avisa de que estamos haciendo algo que es perjudicial para nuestro cuerpo y organismo, por lo que espera una reacción para solucionar ese problema o situación.
El cerebro es el órgano que produce el dolor y, aunque resulte una contradicción, es incapaz de sentirlo. En este sentido, son varios los fármacos y medicamentos que se han creado con la intención de aliviar el dolor estudiando cómo el cerebro y el sistema nervioso responden a él.
Es el caso del Tramadol, que pertenece a una clase de medicamentos llamados analgésicos opiáceos (narcóticos). ¿Quieres saber más sobre este fármaco? ¡Sigue leyendo! En este artículo, te explicamos sus indicaciones, usos, precauciones, dosificación y efectos secundarios.
El Tramadol es un analgésico opiáceo indicado para dolor de moderado a grave, que carece de efecto depresor respiratorio. Se trata de un medicamento recetado que está disponible como tableta de liberación inmediata y de liberación prolongada.
Los medicamentos de liberación inmediata se liberan en el cuerpo de inmediato mientras que los medicamentos de liberación prolongada, que viene en forma de cápsula oral, se libera en el cuerpo lentamente con el tiempo.
Ambos comprimidos orales también están disponibles como medicamentos genéricos, que generalmente cuestan menos que la versión de marca. Además, como hemos dicho anteriormente, se trata de una sustancia controlada, es decir, solo se puede utilizar con la estrecha supervisión de un médico.
El Tramadol se usa para tratar el dolor de moderado a intenso, aunque también puede usarse como parte de una terapia combinada, por lo que se puede tomar con otros medicamentos.
¿Cómo funciona? El Tramadol actúa cambiando la forma en la que el cerebro siente el dolor, por lo que es similar a las endorfinas. Estas sustancias se unen a los receptores (partes de las células que reciben una determinada sustancia) y luego disminuyen los mensajes de dolor que el cuerpo envía al cerebro. El Tramadol actúa de manera similar para disminuir la cantidad de dolor que recibe el cerebro.
Lo cierto es que este tipo de medicamento funciona mejor si se usa cuando aparecen los primeros signos de dolor. Si el dolor es continuo, el médico puede recetarle también medicamentos opioides de acción prolongada. En este caso, el Tramadol puede usarse para el dolor repentino (irruptivo) cuando sea necesario.
Por otro lado, suspender repentinamente el medicamento puede causar abstinencia, especialmente si se ha estado consumiendo durante mucho tiempo o en altas dosis. Por eso, es importante que el profesional de la salud, además de conocer las características particulares de este fármaco, reduzca la dosis lentamente.
La adicción que causa este medicamento puede ser mayor si el paciente tiene un trastorno por uso de sustancias.
La dosificación de este medicamento dependerá de su afección médica y respuesta al tratamiento. Generalmente, la dosis inicial de este fármaco suele comenzar con 100 mg IM o IV (en infusión lenta), pudiendo repetir cada 15-20 minutos dosis de 50 mg hasta obtener el efecto deseado o alcanzar dosis máximas de 250 mg.
La dosis de mantenimiento es de 50-100 mg cada 8 horas y la dosis máxima es de 400 mg cada 24 horas. No obstante, si el paciente tiene más de 75 años, la dosis máxima recomendad es de 30 miligramos por día.
Para reducir el riesgo de padecer efectos secundarios, se puede comenzar con una dosis baja y, como hemos dicho, aumentarla gradualmente.
Este medicamento se puede tomar con o sin alimentos, aunque es recomendable tomar alimentos si el paciente tiene náuseas.
Los efectos secundarios más comunes del Tramadol pueden incluir mareo, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, sequedad de boca, somnolencia, estreñimiento, falta de energía y transpiración. Si estos efectos son leves, pueden desaparecer en unos días o en un par de semanas.
Sin embargo, también puede provocar efectos secundarios graves, como síndrome serotoninérgico, que incluye frecuencia cardíaca rápida, alta presión sanguínea, temperatura corporal más alta de lo normal, reflejos más fuertes, falta de coordinación, náuseas y vómitos, diarrea, agitación y alucinaciones, entre otros.
El tramadol también puede provocar problemas respiratorios graves, como frecuencia respiratoria lenta, respiración muy superficial, desmayos, mareos o confusión, así como dependencia física y abstinencia al suspender el fármaco.
De hecho, la abstinencia puede hacer que la persona se sienta irritable, ansioso o inquieto, tenga problemas para dormir, aumente su presión arterial y tenga la frecuencia respiratoria y cardíaca rápida, las pupilas dilatadas, los ojos llorosos, la nariz moqueada, náuseas, vómitos y pérdida del apetito, diarrea y calambres estomacales, escalofríos, dolores musculares, de espalda o en las articulaciones.
La deficiencia de andrógenos incluye cansancio, problemas para dormir, disminución de energía, convulsiones y adicción. Por otro lado, puede provocar insuficiencia suprarrenal, con cansancio prolongado, debilidad muscular y dolor en el abdomen.
Es importante reducir la dosis si el paciente padece insuficiencia hepática o renal y, en caso de intoxicación, se utilizará la naloxona como antídoto.
Destacar que este medicamento puede afectar a cada persona de manera diferente, por lo que es complicado incluir todos los efectos secundarios posibles. Por eso, es importante que el profesional de la salud conozca el historial médico del paciente.
Como hemos comentado, la tableta oral puede causar somnolencia, por lo que se recomienda no conducir, utilizar maquinaria pesada ni realizar actividades peligrosas hasta que sepa cómo afecta el medicamento al paciente.
Además, puede provocar una reacción alérgica grave, que incluye dificultad para respirar, hinchazón en la cara, labios, garganta o lengua, picazón severa, urticaria o piel con ampollas y descamación. Por otro lado, al igual que otros fármacos, el consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de sufrir efectos secundarios, como disminución de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial o confusión.
Las personas con lesiones en la cabeza o problemas de estómago tienen que tomar muchas precauciones a la hora de ingerir este medicamento, ya que puede dificultar el diagnóstico o causa de los problemas o patologías que tenga el paciente en estas partes del cuerpo.
Para personas con problemas renales, es posible que no pueda eliminar bien el medicamento de su cuerpo si se toma la tableta de liberación inmediata y, si tiene problemas renales graves, no debe usar las formas de liberación prolongada.
Según los grupos de edad, el Tramadol es un medicamento para el embarazo de categoría C. Eso significa que la investigación en animales ha mostrado efectos adversos para el feto cuando la madre toma ese medicamento o que no se han realizado suficientes estudios humanos para estar seguros de cómo el medicamento podría afectar al feto.
Por tanto, el Tramadol no se debe administrar durante el embarazo y lactancia materna. Además, para los niños, todavía no se sabe si este medicamento es seguro y eficaz para ellos.
En cuanto a las personas mayores, es posible que los riñones o hígado no funcionen tan bien como solían hacerlo y eso puede hacer que el cuerpo procese los medicamentos más lentamente, lo que se traduce en una mayor cantidad de fármaco en el cuerpo durante más tiempo. Esto aumenta el riesgo de sufrir efectos secundarios, de ahí que la dosis máxima sea menor que en las personas más jóvenes. Si deseas actualizar y ampliar tus conocimientos, puedes realizar nuestro Curso en Farmacología en Urgencias y Emergencias para conocer nuevas habilidades.