Los pulmones son un par de órganos, situados en el pecho, que toman aire para llevar el oxígeno a su cuerpo. En este sentido, las principales estructuras de los pulmones son los bronquios, los bronquiolos y los alvéolos.
Precisamente, en estos últimos es donde se realiza el intercambio de gases de oxígeno y dióxido de carbono, pero… ¿Qué ocurre cuando hay alguna patología que afecta a esta parte de los pulmones y el intercambio no se realiza bien?
Lo cierto es que, dependiendo de la enfermedad, los alvéolos pueden fusionarse, desarrollar revestimientos gruesos, llenarse de líquido, de sangre o de pus o colapsarse. Y cuando ocurre esta última opción, es cuando se produce la atelectasia.
¿Quieres saber más sobre esta complicación respiratoria? ¡Sigue leyendo este artículo! A lo largo de él, te contaremos en qué consiste y cuáles son sus causas, tipos, diagnóstico y tratamiento.
La atelectasia es el colapso completo o parcial del pulmón entero o de una parte del pulmón, lo que se denomina lóbulo. Esta se produce cuando las pequeñas bolsas de aire (alvéolos) que forman los pulmones, se desinflan y se llenan de líquido.
En el proceso, cuando inhalamos, los pulmones se llenan de aire, que viaja a los alvéolos y, ahí, el oxígeno pasa a la sangre. Cuando se realiza este proceso, si hay atelectasia, los alvéolos se desinflan y no pueden inflarse correctamente o tomar suficiente aire y oxígeno.
De esta forma, si la parte afectada en el pulmón es mayor, es posible que la sangre no reciba suficiente oxígeno y esto puede llevar a que la persona sufra problemas de salud.
Por tanto, este colapso puede ocurrir cuando hay un bloqueo de las vías respiratorias, cuando la presión fuera del pulmón evita que se expanda o cuando no hay suficiente surfactante para que el pulmón se expanda con normalidad.
Además, cabe destacar que esto puede ocurrir a cualquier edad y por diferentes motivos, como veremos a continuación. Pero, por poner un ejemplo, la atelectasia se puede producir en bebés recién nacidos cuyos pulmones no están completamente desarrollados o cuando un tumor bloque una vía respiratoria.
A la hora de hablar de tipos de atelectasia, tenemos que tener en cuenta que hay dos principales tipos: obstructiva, también llamada resorción, y no obstructiva. La primera de ellas ocurre cuando hay algo que bloquea físicamente las vías respiratorias.
Por otro lado, los tipos de atelectasia no obstructiva se pueden dividir en varios. El primero es relajación o comprensiva. Esta se produce cuando se acumula líquido o aire entre el revestimiento de la pared torácica y la superficie de los pulmones, lo que provoca que los alvéolos pierdan aire.
La atelectasia adhesiva es causada por problemas pulmonares graves, como el síndrome de dificultad respiratoria. Básicamente, consiste en algún problema en el surfactante pulmonar, que es un agente tensoactivo que ayuda a los pulmones de varias maneras, como manteniendo los alvéolos estables y capaces de funcionar. Así, cuando se produce algún tipo de problema en este agente, los alvéolos pueden colapsar.
Otro tipo de atelectasia es la cicatricial. Esta ocurre cuando el tejido que forma los pulmones tiene cicatrices que le impiden retener el aire que deberían. Por otro lado, la atelectasia reemplazo es cuando los alvéolos están llenos de un tumor, lo que hace que esa área del pulmón colapse.
La atelectasia aceleración está relacionada directamente con la aviación. Cuando los pilotos vuelan hacia arriba muy rápido, la aceleración puede cerrar las vías respiratorias en sus pulmones, lo que provoca este tipo de atelectasia, que dificulta la respiración y causa dolor de pecho y tos.
Por último, está la atelectasia redonda, que está relacionada con las enfermedades pleurales, es decir, afecciones que afectan el tejido delgado que recubre la cavidad torácica y rodea los pulmones. Una de las causas más comunes es la asbestosis, que es cuando se inhala asbestos durante un largo periodo de tiempo y este daña la pleura.
Lo cierto es que la atelectasia tiene muchas causas. De hecho, cualquier afección que dificulte la respiración profunda o la tos puede provocar un colapso en el pulmón. Una de las principales afecciones que provoca este colapso es el neumotórax, es decir, la presencia de aire entre el pulmón y la pared torácica.
Para hablar de algunas de las causas, vamos a centrarnos en la clasificación que hemos explicado en el apartado anterior. Así, como hemos comentado, la atelectasia obstructiva ocurre cuando se desarrolla un bloqueo en una de las vías respiratorias.
En este sentido, algunas cosas que pueden bloquear estas vías son, por ejemplo, la inhalación de un objeto extraño, como un juguete pequeño o trozos de comida, un tapón de moco en una vía respiratoria, un tumor que crece dentro de esta o un tumor en el tejido pulmonar que presiona las vías respiratorias.
En cuanto a la atelectasia no obstructiva, entre las causas más comunes se encuentra la cirugía, ya que este colapso puede ocurrir tanto durante como después de cualquier procedimiento quirúrgico. El uso de medicamentos para mantener al paciente dormido durante la cirugía puede afectar su capacidad de respirar o toser. Además, el dolor después de la cirugía también puede hacer que la respiración profunda sea dolorosa.
La presión desde fuera de los pulmones también puede dificultar la respiración profunda y este puede prevenir tanto de un tumor, de un hueso deformado o de un aparato ortopédico demasiado apretado. El derrame pleural también es una causa de la atelectasia.
La cicatrización pulmonar también se llama fibrosis pulmonar y es causada por infecciones pulmonares a largo plazo, como la tuberculosis. Así, la exposición prolongada a irritantes, como el humo del cigarro, también puede provocarla. Esta cicatrización es permanente y dificulta que los alvéolos se inflen. Por eso, las personas que fuman tienen un mayor riesgo de sufrir este colapso.
El tumor en el pecho y la deficiencia de surfactante, como hemos visto anteriormente, también pueden causar atelectasia, al igual que otras afecciones pulmonares, como neumonía y síndrome de dificultad respiratoria (SDR).
En cuanto a los signos y síntomas, si la atelectasia afecta solo a un área pequeña de los pulmones, es posible que no tenga ningún síntoma. Pero si afecta áreas más grandes, los pulmones no pueden llenarse con suficiente aire y el nivel de oxígeno en su sangre baja.
Cuando esto sucede, pueden ocurrir síntomas como fiebre, respiración superficial, sibilancias, dificultad para respirar, aumento de la frecuencia cardiaca, tos, dolor de pecho y la piel y los labios se ponen azules.
Para diagnosticar la atelectasia, los médicos generalmente comienzan con radiografías de tórax o con una tomografía computarizada (TC), que proporciona imágenes más detalladas. También pueden hacer una prueba de oximetría o gasometría, que miden la cantidad de oxígeno que se ingresa a la sangre, o la prueba de ultrasonido, con la que se utilizan ondas sonoras para crear imágenes de sus vías respiratorias.
No obstante, en casos más graves, el médico puede utilizar el procedimiento llamado broncoscopia. Con este, puede mirar dentro de los pulmones y de las vías respiratorias para detectar la obstrucción. Para ello, utiliza el broncoscopio, un pequeño tubo con una luz y una cámara, que se introduce por la garganta.
En cuanto al tratamiento, en la mayoría de los casos, la atelectasia mejora sin tratamiento, pero en los casos más graves, este depende de la causa y de la extensión del colapso.
Así, por ejemplo, si está provocado por una cirugía, las enfermeras o los terapeutas respiratorios pueden guiar al paciente para que realice ejercicios de respiración. Si es por presión en el pecho, este se puede tratar con cirugía o medicamentos.
Por otro lado, si está provocado por una vía respiratoria bloqueada, el procedimiento de la broncoscopia es muy útil, puesto que ayuda a eliminar la obstrucción para que pueda respirar de nuevo con comodidad. En cuanto a la afección pulmonar, esta se puede tratar con medicamentos o con procedimientos para aliviar la presión sobre el pulmón.
Además de estos tratamientos, la fisioterapia también juega un papel muy importante, ya que incluye ejercicios que pueden ayudar al paciente a respirar mejor.
Hay que tener en cuenta que, como hemos dicho anteriormente, la atelectasia mejora con el tiempo o con el tratamiento, pero si no se diagnostica o trata, pueden ocurrir complicaciones graves, como neumonía, insuficiencia respiratoria o acumulación de líquido.