El ejercicio físico es esencial para tener una buena calidad de vida, de eso no hay duda. De hecho, sus beneficios son claros: mejora la forma y resistencia física, regula las cifras de presión arterial, incrementa o mantiene la densidad ósea, ayuda a mantener el peso corporal…
Lo cierto es que el deporte, como tal, se inventó en el siglo XVIII, aunque antes se hablaba de actividad física y de juegos. No obstante, esta actividad tiene siglos de historia, ya que los hombres primitivos realizaban deporte en las tareas diarias, como correr, nadar… Con el paso de los años, cada vez se le ha ido dando más importancia y se le ha dedicado más tiempo, dinero y esfuerzo.
Seamos claros: cuando se trata de mover el cuerpo para perder peso o estar en forma, nos volvemos locos. Seguimos las últimas tendencias y novedades en técnicas, entrenamientos… Pero muchas veces olvidamos que una parte esencial de la práctica deportiva es conservar nuestros músculos en las condiciones más adecuadas, es decir, realizar estiramientos.
Para ello, existen muchas técnicas y tratamientos, aunque uno de los que más está dando de hablar es el stretching. ¿No sabes en qué consiste? ¡Sin problema! En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre este modelo de estiramientos.
El stretching es una disciplina que cada día es más común en los gimnasios. Básicamente, consiste en una rutina de diferentes ejercicios derivados del yoga, de la gimnasia tradicional y de la danza clásica. Son movimientos suaves que, con el tiempo, mejoran la flexibilidad de los músculos.
Precisamente, al mejorar la flexibilidad de los músculos, es una disciplina que se debe practicar casi a diario. Además, aunque parezca una actividad sencilla, los ejercicios son relativamente complejos y requieren de una correcta respiración, concentración, calma y relajación. Todo esto es importante porque una buena oxigenación atenúa el estado de tensión.
Este tipo de ejercicio es ideal para quienes tengan una vida sedentaria y tienen dificultades para empezar de cero alguna actividad física. Además, su bajo impacto hace que puedan practicarlo personas mayores o con lesiones.
Como hemos dicho anteriormente, el stretching mejora la flexibilidad de los músculos, no obstante, no es el único beneficio que tiene. Esta flexibilidad que se consigue, no solo ayuda a incrementar la movilidad diaria, sino también favorece el desarrollo de masa muscular, activa la circulación sanguínea y te ayuda a quemar grasa.
Además, sirve para aliviar los dolores musculares y de las articulaciones, mejora la postura, estimula la consciencia corporal y mejora la movilidad del cuerpo. A esto se une que mejora el rendimiento de la persona a la hora de entrenar con peso, ya que no solo será más ágil, sino que también evitará futuras lesiones.
Al estirar los músculos, se mejora el equilibrio y se corrige la postura y el tono muscular, pero también ayuda a combatir los dolores de cabeza por el estrés. Esto es muy importante, puesto que el actual nivel de vida de la sociedad provoca que, en muchas ocasiones, las personas lleguen a casa tras sufrir mucha tensión laboral y estrés.
Otros beneficios del stretching son:
A la hora de realizar una sesión de stretching, lo primero que hay que hacer es tumbarse sobre una colchoneta e intentar relajarse y concentrarse. Una vez conseguido, comenzarán los ejercicios de respiración, que deben ser suaves, pero profundos, oxigenando bien todo el cuerpo para, así, provocar un mayor estado de tensión de la musculatura.
Después, llega el momento de realizar de forma suave alguna de las posturas que nos indiquen. Por eso, es importante llevar ropa cómoda que nos permita libertad de movimiento. Cuando se alcance la posición, hay que aguantar entre 10 y 30 segundos para, después, volver poco a poco a la postura natural.
Lo recomendable es hacer estos estiramientos de tres a cuatro veces por la semana y mantener cada postura durante tres respiraciones. Algunos de los ejercicios de stretching son:
Lo más importante a la hora de realizar correctamente stretching, es que estés relajado y respires normal mientras realizas el estiramiento. Además, cada estiramiento debe ser suave y lento y los ejercicios nunca deben ser bruscos ni desiguales, ya que podrían provocar contracciones en los músculos o lesiones.
Otro consejo es que mantengas cada estiramiento entre 30 segundos y 2 minutos, y lo repitas entre 3 y 5 veces. Además, conforme vayas consiguiendo más flexibilidad, debes intentar llegar cada vez más lejos en cada ejercicio.
Por último, intenta mantener las articulaciones ligeramente flexionadas, nunca bloqueadas en posición recta, ya que esto podría provocar una lesión.