El oxígeno es esencial para el desarrollo de todos los procesos de la vida. Se trata de una sustancia esencial para poder vivir y el claro ejemplo es que, sin comida, una persona puede llegar a sobrevivir de 30 a 40 días, pero, sin oxígeno, no llega a los 5 minutos.
Cuando respiramos oxígeno puro durante un tratamiento, se produce un aumento importante del transporte de oxígeno que puede conseguir que, aquellas áreas del organismo que estén en hipoxia (falta de oxígeno), se beneficien de este oxígeno y puedan poner en marcha sus rutas metabólicas y mecanismos fisiológicos.
Es precisamente lo que ocurre cuando se utiliza la cámara hiperbárica. No te preocupes, lo más probable es que nunca hayas oído hablar de ella, ya que no es un instrumento médico que se suela conocer. Y, sin embargo, es de mucha utilizada en determinados problemas médicos.
Por eso, en este artículo, vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre esta cámara, muy útil cuando los pulmones necesitan respirar más oxígeno de lo normal.
Antes de explicar lo que es la cámara hiperbárica, es importante hablar de la oxigenoterapia hiperbárica o medicina hiperbárica. “Hiper” se refiere a mayor de lo normal, mientras que “bárica” es relativo a presión. Por tanto, esta oxigenoterapia consiste en respirar oxígeno puro en una cámara presurizada. Esta cámara presurizada es la cámara hiperbárica y se trata de un método no invasivo e indoloro.
Así, se trata de una modalidad en la que se utiliza una cámara para crear una presión por encima de la atmosférica, con oxígeno puro y durante 60-90 minutos por sesión.
En ocasiones, cuando un tejido corporal se lesione puede requerir un mayor suministro de oxígeno para sanar de lo normal, y la cámara hiperbárica es ideal para ello. ¿Por qué? Porque la presión del aire se eleva hasta tres veces más que la presión del aire normal y, de esta forma, los pulmones pueden respirar más oxígeno.
Generalmente, esta cámara puede ser la única indicación terapéutica para curar una afección, aunque, en otras ocasiones, solo es parte de un tratamiento integral y se utiliza junto con otras terapias o medicamentos. Además, su utilización no requiere de hospitalización del paciente.
No hay duda de que la cámara hiperbárica puede servir de gran ayuda en una gran multitud de enfermedades o afecciones, aunque hay que destacar que no en todas.
En este sentido, destaca la enfermedad por descompresión, que suelen padecer los submarinistas en el momento de ascender a la superficie. También la intoxicación por monóxido de carbono, como puede ocurrir en los incendios, o con envenenamiento de cianuro.
Otra de las afecciones en las que se puede utilizar es cuando existan burbujas de aire en los vasos sanguíneos (embolia gaseosa arterial), anemias graves, sorderas, infecciones como gangrenas o lesiones cutáneas por aplastamiento y en la cura de heridas que no cicatrizan como consecuencia de la diabetes, radiación o quemaduras.
Las cámaras hiperbáricas pueden ser de diferente tamaño, individuales o colectivas y presurizadas con oxígeno puro o solo con aire comprimido. En este sentido, existen dos tipos de cámaras hiperbáricas: monoplazas y multiplazas.
Las cámaras hiperbáricas monoplazas son las más comunes y es una unidad individual, es decir, solo permite el tratamiento de un solo paciente por sesión. Generalmente, el paciente se acuesta en una mesa que se desliza dentro de un tubo de plástico transparente. La comunicación entre el profesional de la salud y el paciente se realiza a través de un intercomunicador.
Además, en este tipo de cámaras, el ambiente interno mantiene el 100% del oxígeno y el paciente no necesita ninguna máscara, por lo que es más cómodo. Entre sus ventajas también está que es más fácil para observar al paciente, no se requieren procedimientos especiales para la descomprensión y se requiere pocos operadores.
Por otro lado, se encuentran las cámaras hiperbáricas multiplazas. Este tipo de cámaras se caracterizan porque se utilizan para el tratamiento de varios pacientes al mismo tiempo. En este sentido, su capacidad varía de dos a más pacientes. En ellas, el paciente puede permanecer sentado o acostado en una sala que parece una habitación grande del hospital.
Estas cámaras se llenan con aire y el oxígeno se respira con la ayuda de una mascarilla que cubre nariz y boca o con un casco que está diseñado con este objetivo. Además, estas permiten que los médicos y demás personal de la salud acompañen a los pacientes y puedan suministrarles los cuidados necesarios.
En este sentido, también se pueden realizar cirugías menores dentro de la cámara y también se reduce el riesgo de incendio.
Esta terapia, es muy usada para tratar el Mal Agudo de Montaña. Si quieres conocer más sobre ella, te recomendamos nuestro Experto en Rescate de Montaña.
La oxigenoterapia hiperbárica y la utilización de la cámara hiperbárica son un procedimiento seguro, pero, como en todo, también pueden tener algunas complicaciones. Por eso, el médico hiperbarista tiene que elaborar una historia del paciente que incluya información de referencia, como si hay patologías de tipo pulmonar, dolores de pecho o intervenciones de oído.
Hay que destacar que, normalmente, en situaciones controladas y bajo la supervisión del personal sanitario, los riesgos son bajos y no suelen aparecer efectos secundarios. No obstante, entre las complicaciones más frecuentes se encuentra:
Además, no está permitido la utilización de mecheros, dispositivos electrónicos, móviles o audífonos, ya que existe un mayor riesgo de incendio por la saturación de oxígeno, sobre todo en las cámaras presurizadas con oxígeno puro.
También hay que destacar que la utilización de esta cámara no ha probado su efectividad clínica en tratamientos del cáncer, autismo, diabetes, asma, depresión, parálisis cerebral, párkinson, alzhéimer, hepatitis, lesiones medulares o sida, entre otras.
La medicina hiperbárica, también conocida como oxigenoterapia hiperbárica, es la parte de la medicina que se encarga de estudiar los cambios que sufren los seres vivos sometidos a presiones superiores a la atmosférica y respirando oxígeno puro al 100%.
Así, se trata de una disciplina que se utiliza desde hace décadas en todo el mundo y, aunque su principal objetivo era el de solucionar los problemas de descomprensión de los buceadores y de terapias con fines específicos en la aeronáutica, con el paso del tiempo se han descubierto más aspectos beneficiosos para la salud de la población en general.
De esta forma, sirve para paliar la falta de oxígeno de las células y aumenta la concentración en el plasma sanguíneo, aunque, para ello, debe de cumplir dos requisitos: que el oxígeno sea de una pureza del 100% y que se aporte con una presión mayor de 1,4 atmosferas absolutas (ATA).
Principalmente, lo que hace es evitar lesiones por hipoximia (falta de aire) y cada vez cuenta con más aplicaciones para diversas patologías.